Te invitamos a hacer un test que consiste en preguntar a la gente de tu alrededor. La mayor parte no tiene que remontarse mucho en su árbol genealógico para encontrar agricultores. En España, el año 1986 el 15 % de la población activa se dedicaba al sector agrario. Hoy en día este porcentaje se ha reducido dramáticamente, al mismo tiempo que las fincas agrarias aumentan su tamaño para intentar ser más rentables. Desde hace más de 70 años, el sector agrícola se concentra, se industrializa y se deshumaniza. Así hemos pasado de una agricultura de subsistencia a una agricultura ligada a una industria agroalimentaria rígida y exigente.

¿Estábamos mejor antes? ¡La Colmena Que Dice Sí! no desea viajar al pasado sino ofrecer a los agricultores herramientas para que vuelvan a tener libertad y autonomía y puedan vivir dignamente de su trabajo.

¿Los productores han perdido el contacto con los consumidores? ¡La Colmena Que Dice Sí! les da acceso a una red de comunidades. Virtualmente y durante las distribuciones, se tejen lazos cada vez más fuertes entre los que producen y los que consumen. Los agricultores comprenden mejor las preferencias y expectativas de los consumidores. Además, gracias a este contacto y al intercambio de ideas, se animan a recuperar y cultivar variedades antiguas, se inventan nuevos productos elaborados, reajustan sus producciones, etc. Al mismo tiempo, los consumidores descubren la realidad y las dificultades que se esconden detrás del mundo agrícola, se reconectan con la tierra y, poco a poco, aceptan sus particularidades. ¡La Colmena Que Dice Sí! permite unir estos dos mundos gracias a una plataforma social y a los encuentros periódicos que tienen lugar durante las distribuciones.

Desde el principio, es la comunidad quien escoge a sus productores con total autonomía y transparencia. De esta manera, las explotaciones que se mantienen son las familiares, las que cuidan del ganado de manera respetuosa y utilizan prácticas comprometidas con la tierra, los paisajes y la biodiversidad. Al final, es la comunidad la que da forma a lo que la rodea, según sus criterios y deseos.

La experiencia de las Colmenas nos permite reapropiarnos de nuestra alimentación, comprender mejor nuestro territorio y aprender mil cosas útiles sobre la manera en la que se produce y elabora. ¿Cómo se cultivan los pimientos? ¿Qué hay que hacer para elaborar un queso fresco? El contacto directo con los productores siempre es una fuente de enriquecimiento mutuo... ¡y de placer!

¡La Colmena Que Dice Sí! es una gran oportunidad para el agricultor, porque le permite fijar él mismo el precio a su trabajo e incluso así, el consumidor come mejor y más barato. Además, es totalmente transparente: el consumidor sabe quién le da de comer, cuánto paga por esta comida y quién recibe qué.

Samuel Cano

Viticultor y Agricultor,
Vinos Patio (Mota del Cuervo, Cuenca)

Es curioso que hoy en día todos conozcamos a la dependienta de la panadería o al conductor del autobús que nos lleva al trabajo, pero que casi nadie conozca quién produce los alimentos que consumimos. ¡La Colmena Que Dice Sí! nos permite, a consumidores y productores, conocernos directamente y establecer un diálogo de tú a tú.

Eduard Diaz

Agricultor,
Horts Ca N’Alegria (Molins de Rei, Barcelona)

El valor que ¡La Colmena Que Dice Sí! da a los productos locales y artesanales y el contacto directo entre productor y consumidor son vitales, porque incentivan la economía local, permitiendo así la revalorización del territorio.

Oriol Lázaro

Elaborador de pan,
El Forn de Ca L’Antich (Figaró, Barcelona)

Para mí es un orgullo vender con ¡La Colmena Que Dice Sí! directamente a los consumidores y poder compartir con ellos las experiencias de nuestros cultivos. Los productores recibimos un precio justo por nuestros productos y el consumidor, además de comer sano, ayuda al desarrollo del mundo rural.

Luis Muñoz

Agricultor,
El Valle Ecológico (Madrid)